México es un paìs futbolero, sin que eso signifique que alcanza la pasiòn desbordada que se vive en Argentina, Italia o Inglaterrra. Probablemente la escasez de èxitos internacionales en torneos importantes hace que una gran parte de la sociedad mexicana, con un nivel francamante bajo, suela tomar los fracasos futbolìsticos con poses intelectualoides, como si no le importara, en un claro ajuste mental que los psicòlogos llaman de las "uvas agrias" y que se traducirìa a nuestra cotidianeidad como el "al fin que no querìa". Porque de la supuesta indeferencia al màs impresionante boom del balompiè, ùnicamente mediò el subcampeonato de la Copa Amèrica en Ecuador 93. Tambièn porque Mèxico es el ùnico paìs en el contiene que ha organizado dos ediciones de la Copa del Mundo y para eso se requiere el apoyo de los sectores econòmicamente màs fuertes de la poblaciòn y hasta la complicidad de los intelectuales, que suelen ocupar buena parte de las tribunas cuando juega la selecciòn.
El fenomeno es ùnico y pasa por el perìodo televisivo que conduce a la poblaciòn a poder ver, desde casa, todos los partidos de futbol local, todos los partidos de las selecciones nacionales de cualquier nivel en transmiciones directas de cualquier parte del mundo, a veces hasta por dos televisoras; ademàs, se ofrece futbol italiano, argentino, inglès escocès, norteamericano y español en dosis semanales, màs todo tipo de confrontaciones internacionales europeas, la divisiòn de ascenso local y las mejores jugadas del futbol carioca, centroamericano y africano; ahora tambièn aumentaràn las trasmisiones de la Copa Libertadores.
El punto es que la intensa penetraciòn publicitaria se traduce en fuertes ganancias econòmicas, que los equipos mexicanos realzan en una forma de organizaciòn y estructura que, antes de las ùltimas e interminables crisis econòmico-polìticas, llegaron a hacer que el futbol mexicano compitiera con el español y el italiano en costos. Desde ese punto de vista, el futbol azteca tambièn debe de ser competitivo dentro de la cancha.
Mèxico sigue siendo el "gigante" de la Concacaf y llega por onceava vez a la etapa final. A Francia 98 calificò invicto, aunque jugando por debajo de las espectativas del pùblico local, conducido por Bora Milotinovic. La ambiciòn tricolor presionò para realizar un cambio de tècnico que hizo ser la responsabilidad en Manuel Lapuente. El tiempo escaso, pero la ventaja es que se logrò reunir voluntades y se le permitirà todo el trabajo necesario al nuevo estratega, incluyendo giras de preparaciòn y una latga estancia europea previa al mundial. Algunos recordamos la preparaciòn que tuvo la selecciòn antes del mundial de Argentina 78, con Josè Antonio Roca como tècnico, que quedo en ùltimo lugar del certamen y se hablo de saturaciòn futbolìstica.
La posible fuerza el futbol mexicano radica en la resistencia de sus jugadores, la capacidad de seguir un planteamiento y el hambre de gloria internacional. Al no haber figuras sobresalientes, el conjunto debe brillar. La cita està cerca y la lista de los 22 elegidos por el "Pelòn Màgico" dejarà obvias dudas y provocarà algunos gestos de desaprobaciòn, pero a fin de cuentas la intenciòn final es tener un equipo que pelee la calificaciòn desde el primer partido y no se rinda nunca.
| Año | Sede |
| 1930 | Uruguay |
| 1950 | Brasil |
| 1954 | Suiza |
| 1958 | Suecia |
| 1962 | Chile |
| 1966 | Inglaterra |
| 1970 | México |
| 1978 | Argentina |
| 1986 | México |
| 1994 | Estados Unidos |
| JJ | G | E | P | GD | GC |
| 33 | 7 | 8 | 18 | 31 | 68 |
